Todos los tratados importantes de
Yoga ponen el acento en sadhana (la práctica constante). No es sólo
un estudio teórico de los textos de yoga, es un empeño espiritual.
Las semillas oleaginosas deben prensarse para producir aceite. La
madera debe calentarse para que prenda y dé el fuego que lleva
dentro. De igual modo el aspirante debe encender con laa práctica
constante la llama divina que lleva dentro de el.
``El joven, el viejo, el extremadamente
anciano, aun el débil y el enfermo obtienen la perfección en el
yoga mediante la práctica constante. El éxito en el yoga no se
obtiene con la mera lectura teórica de textos sagrados, ni por
hablar de él. El único secreto del éxito reside en la práctica
constante. En verdad, no cabe duda alguna sobre esto.''
(Hatha Yoga Pradipika,
cap.I, vv. 64-66.)
''Así como aprendiendo el
alfabeto uno puede llegar, mediante la práctica, a dominar todas las
ciencias, es también empezando por un entrenamiento físico
minucioso como se adquiere el conocimiento de la verdad, a saber: que
la naturaleza real del alma humana es idéntica a la del Espiritu
Supremo que se extiende por todo el universo''.
(Gheranda Samhita, cap. I,
v. 5.)
Es mediante los esfuerzos
coordinados y concentrados del cuerpo, los sentidos, la mente, la
razón y el sí-mismo como el hombre obtiene el premio de la paz
interior y corona la búsqueda de su alma para encontrarse con su
Creador. Para alcanzar esta meta necesita un funcionamiento bien
desarrollado y coordinado de su cuerpo, sentidos, mente, razón y
sí-mismo. Si el esfuerzo no se halla bien coordinado, fracaza en su
aventura. En el tercer valli (capítulo) de la primera parte e la
Kathopanisad, Yama( el dios de la muerte) expone este yoga a su
discípulo Nachiketa por medio de la parábola del individuo en el
carro.
''Piensa en el sí-mismo
como el señor montado en un carro; la razón como el cochero, y la
mente como las riendas. Los sentidos, se dice, son los caballos, y
sus objetos de deseos, los pastos. Cuando el Sí-mismo se encuentra
unido a los sentidos y a la mente, es llamaado por los sabios ''el
gozoso''. Quien carece de discernimiento nunca es capaz de refrenar
su mente; sus sentidos son como caballos disciplinados. El hombre
carente de discernimiento se vuelve descuidado, olvidadizo, siempre
impuro; no logra alanzar su meta, siempre errando de un cuerpo a
otro, alcanzando su meta para no renacer más. El hombre que tiene un
cochero con discernimiento llevando las riendas de su mente alcanza
al el final e su viaje: la Suprema Morada del Espíritu Eterno''.
''Los sentidos son más
poderosos que los objetos de deseo, más grande que los sentidos es
la mente; por encima de la mente está la razón; y superior a la
razón es Ël, el espiritu que reside en todo. Disciplinaos por el
Sí-mismo y destruid vuestro falaz enemigo bajo la forma del deseo''.
(Bhagavad Gita, cap. III
vv. 42-43)
Para la realización de todo
esto se requiere una práctica constante, sino también renuncia,
ante cuyo enunciado surge la pregunta de a qué debe uno renunciar.
El yogui no renuncia al mundo, dado que con ello renunicaria al
Creador. Renuncia a todo aquello toda inspiración y toda acción
recta proceden de El; renuncia a quienes se oponen a la otra del
Señor, a cuantos propagan ideas demoniacasy se limitan a hablar de
valores morales sin practicarlos.
El yogui no renuncia a la
acción. Corta ligaduras que le atan a sus porpias acciones,
dedicando sus frutos, bien al Señor, bien a la humanidad. Considera
un privilegio poder cumplir con su deber y cree asímiso que no posee
derecho alguno a los frutos de sus acciones.
Mientras otros permanecen
dormidos cuando el deber de les llamas y sólo despiertan para exigir
sus derechos, el yogui se halla totalmente despierto para con sus
deberes y permanece dorido para con sus derechos. De aquí se afirme
que, en la noche de todos los seres, el hombre disciplinado y sereno
despierta a la luz.
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