Cuando el cuerpo está
en equilibrio y callado, respira rítmicamente a través de los
orificios nasales con un contínuo fluir y relfuir del aire. Caballos
tiran entonces del carro de la mente, hay que domar esos caballos. (
Svetasvatara Upanishad).
Ya hemos
advertido lo esencial que es respirar correctamente. La energía de
las personas depende de su forma de respirar, y lo mismo ocurre con
su procesos mentales.
La
respiración y la mente se hallan en coneción estrecha y se influyen
mutuamente en todo momento. Fíjate en que la ansiedad de una persona
va acompañada siempre por una respiración acerlerada y rápida; y
cómo, por la única razón de su propia interrelación, es posible
calmar la agitación de la mente mediante una respiración rítmica y
consciente. El control de la respiración proporciona uno de los
recursos más eficaces contra el estrés y la ansiedad, propios de la
actividad frenética de la vida humana en el mundo actual.
Hay
muchas técnicas especializadas en el fortalecimiento del corazón y
los pulmones, a fin de vigorizar de tal modo a esos órganos que
nunca lleguen el agotamiento. Los yoguis son capaces de aumentar la
cantidad de oxígeno que inhalan y pueden sobrevivir así, con un
nivel energético suficiente para la realización normal de las
funciones vitales, aspirando cualquier cantidad de oxígeno que les
proporcione la atmósfera donde se encuentran, por enrarecida que
éste.
De ese
manera, se hallan en condiciones de vivir en zonas donde el aire
tiene un porcentaje muy bajo de oxígeno, como ocurre en las cumbre
del Himalaya, a siete mil metros y más sobre el nivel del mar. Con
un control tan grande, también pueden prolongar su vida.
Realizar
o probar la realización de tales proezas no es lo importante para
nosotros; pero estos ejemplos nos pueden ayudar a comprender hasta
dónde llega la capacidad potencial de la respiración sana del ser
humano. Tener un aparato respiratorio atrofiado o débil y habituarse
a respirar con una técnica deficiente altera la salud y produce
enfermedades.
Los
ejercicios de esta semana se han seleccionado con el propósito de
ayudarte a desarrollarse y reforzar tu potencial respiratorio,
librándote de la incidencia de situaciones tan negativas como son
la congestión, el catarro crónico e incluso el asma.
Concentrarse
en paz.
Relájate durante unos momentos y haz que la paz centre
tus pensamientos.
Ejercicios
de calentamiento.
Igual que en la primera semana.
Giro
de cabeza.
Igual que la primera semana.
Rotación
de hombros.
Igual que la primera semana.
BANDHA TRIPLE.
Los bandhas son ''bloqueos'' de ciertas partes del
cuerpo que se hacen mediante contracción y/o presión muscular.
Remar:
Siéntate en la alfombra y
alarga las piernas para deajarlas rectas frente a ti. Imagínate
ahora que agarras los remos de un bote y empiezas a remar. Inclínate
hacia delante con los brazos extendidos y exhala el aire de los
pulmones. A continuación, inhala aire de nuevo mientras te echas
hacia atrás empujando los remos. Cierra la boca y aprieta fuerte la
barbilla contra el pecho con los músculos abdominales y anales
tensados. Repite seis o siete veces esta serie de movimientos, hacia
delante y hacia atrás.
Revolver un caldero: Siéntate en la misma
posición que al iniciar la bandha anterior, es decir, con las
piernas estiradas rectas ante ti y separadas. Imagínate ahora que
estás revolviendo con un palo largo y grueso el contenido de un
caldero gigante. Mueve entonces los brazos de modo que tracen sin
cesar un círculo imaginario. Da siete vueltas con los brazos en cada
dirección.
Hacer sonar una campana: Siéntate con las
piernas estiradas rectas por delante de ti. Inhala aire y levanta los
brazos en línea vertical por encima de la cabeza. Imagínate que
estás agarrando con ambas manos la soga larga y pesada que mueve el
badajo de una gran campana. Exhala el aire aspirando y, al mismo
tiempo, tira de la soga despacio y hacia abajo con toda tu fuerza
hasta donde puedas. Repite siete veces toda la secuencia de este
ejercicio.
La práctica de las tres bandhas anteriores puede elevar
considerablemente tu nivel de energía. Los movimientos que haces
para remar, para revolver el contenido del caldero y para que suene
la campana aumenta la circulación sanguínea en los pulmones y el
corazón.
Conviene que te relajes y descanses después de efectuar
estos ejercicios. Observa entonces los efectos que han producido en
tu cuerpo.
ELEVAR
LAS PIERNAS.
Túmbate
sobre la espalda, con los brazos extendidos hacia fuera al nivel de
los hombros. Dobla la rodilla izquierda (para impedir que se tense la
espalda) y pon la planta del pie pegada al suelo. Levanta la pierna
derecha hasta donde te resulte cómodo, con la articulación de la
rodilla totalmente enderezada. Mueve hacia ti los dedos del pie.
Permanece
quieto en esta posición durante un tiempo de 3 a 5 segundos, baja
despacio la pierna a la vez que exhalas el aire. Repite dos veces la
secuencia anterior. A continuación, invierte la colocación de las
dos piernas y repite al contrario el ejercicio, es decir, con la
rodilla derecha doblada y la pierna izquierda levantada.
Cuando
termines, vuelve a iniciar el ejercicio desde el principio, pero
ahora levantando juntas ambas piernas. Aguántalas en el aire de 3 a
5 segundos. Después, baja despacio y a la vez las dos piernas
mientras exhalas el aire de los pulmones. Asegúrate de que las
rodillas permanecen rectas durante todo el ejercicio.
POSTURAS
(ASANAS).
Torsión
simple (El junco).
Marichyasana.
Siéntate
con las dos piernas extendidas. Lleva la pierna derecha hacia el
cuerpo. Cruza esta pierna y pon el pie derecho pisando el suel al
otro lado de la pierna izquierda, justo al lado de la rodilla de
ésta. Inhala aire. Gira el busto hacia la derecha y coloca ambas
manos pegadas suelo en la lado derecho del cuerpo. Mira de frente a
lo lejos, en línea sobre el hombro derecho y exhala el aire
aspirado. Permanece por lo menos diez segundos en esta posición.
Inhala
aire de nuevo mientras te mueves despacio para salir de la posición
en que te encuentras. Cuando te vuelvas a quedar como al principio,
repite la misma secuencia de movimientos girando el busto hacia el
costado opuesto, es decir, hacia la izquierda. Es postura no requiere
esfuerzo y se realiza fácillmente.
Efectos: La
vuelta sencilla del busto (llamada también Asana del junco)
fortalece todo el sistema nervioso y ayuda a superar algunas
deformidades de la columna vertebral El cruce de las corrientes
positivas y negativas (ha y tha) potencia el equilibrio y conduce a
una salud perfecta. Psicológicamente, esta postura favorece el
equilibrio, la estabilidad y la confianza en sí mismo.
La
cobra
Cabeza
con rodilla.
Janu
Sirsana.
Siéntate con la
pierna derecha estirada hacia afuera. Dobla la pierna izquierda y pon
la planta del pie pegada de plano contra el muslo derecho. Inhala
aire mientras levantas ambos brazos. Exhala el aire inhalado y ve
bajando despacio el cuerpo hasta llegar a agarrar el pie derecho con
las dos manos. Apoya la cabeza sobre la rodilla derecha.
Repite la postura
muy despacio y, a continuación, realízala otras dos veces por el
otro lado. Ten cuidado de entrar y salir de esta postura con la
máxima lentitud y uniformidad de movimientos. Al terminar, relájate
y observa cómo se siente tu cuerpo.
Efectos:
La postura ''cabeza con
rodilla'' unifica dentro del cuerpo las energías solares y lunares,
potencia el equilibrio, la resistencia y la inmunización. Aumenta la
capacidad pulmonar y elimina los olores de las secreciones
corporales. Despierta los instintos más elevados que alberga el alma
humana.
Cabeza
de vaca.
Gomukhasana.
Primera etapa:
Siéntate en el suelo y alarga las piernas hacia delante. Dobla la
izquierda de modo que el talón del pie izquierdo quede colocado en
la cara externa de la cadera derecha. Pasa la pierna derecha por
encima de la pierna izquierda, hasta que el talón del pie derecho
toque la cara externa de la cadera izquierda. Observa cómo la
disposición de los dos pies, en la parte trasera de ambos muslos
cruzados hacia el frente, recuerda la forma de los cuernos de una
vaca o de un toro.
Efectos: Las
corrientes de energía ha y tha se cruzan fomentando el equilibrio
del organismo y una mente ecuánime y en calma. Esta postura estira y
da elasticidad al nervio ciático. Su práctica regular alivia mucho
la ciática.
Nota: La
postura de cabeza de vaca sólo se debe practicar si se está sano y
en perfectas condiciones físicas. Puede que todavía necesites más
práctica de yoga antes de pasar a realizar este ejercicio.
Segunda etapa:
Siéntate en la postura anterior con la pierna derecha encima de la
otra, levanta y dobla el brazo derecho hasta que la mano toque la
mitad de la espalda. Alcanza también la espalda con el brazo
izquierdo, doblando su codo al nivel de la cintura y llevando hacia
arriba el antebrazo hasta que agarre con la mano izquierda los dedos
de la mano derecha. Mantén erectos el cuello y la cabeza. Permanece
por lo menos diez segundos en esta posición.
Repite por el otro
costado toda la secuencia de la postura, cambiando la posición de
las piernas de modo que la izquierda quede ahora encima de la
derecha. Levanta el brazo izquierdo extendido y dóblalo hacia atrás
por el codo para que sea ahora el antebrazo izquierdo el que toque
con su mano el centro de la espalda.
Efectos: En
esta segunda etapa, la postura de cabeza de vaca estimula el
desarrollo de los brazos y hombros. Es muy beneficiosa en caso de
enfermedades pulmonares, dado que el movimiento respiratorio de los
pulmones aumenta y se reduce alternativamente. Esta asana es un
purificador poderoso de los alvéolos pulmonares.
Postura
inversa.
Viparita
Karani.
Igual que en la
segunda semana
La
higera sagrada.
Asvattasana.
Ponte derecho con
todo el cuerpo bien erguido. Sube hasta arriba el brazo izquierdo,
lleva para atrás la pierna derecha y extiende el brazo derecho
separándolo de su costado. Permanece quieto en esta posición. Baja
después a su sitio natural las tres extremidades que tienes
levantadas, liberáte de la tensión muscular y repite la misma
secuencia de movimientos por el lado contrario.
Efectos: Los
beneficios de esta postura son notables, a pesar de lo fácil que es
realiarla. Ante todo, potencia la circulación del prana, la fuerza
vital, dentro del cuerpo entero, de donde resulta un incremento de la
absorción de oxígeno y una evacuación más intensa de dióxido de
carbono. La higuera sagrada o de las pagodas se considera un árbol
de rango superior, porque continúa desprendiendoo oxígeno incluso
por la noche.
La práctica de esta
postura aumenta el nivel de energía, despeja los conductos nasales
obstruidos por cualquier congestión catarral y alivia las dolencias
respiratorias en general. También favorece la cura de alergias y
resulta excelente para las mujeres que se hallan en los meses del
embarazo, pues mejora la ciculación sanguínea fetal y reduce los
dolores del parto.
Relajación
y control de la respiración.
Túmbate y procede a
relajarte de la manera acostumbrada. Cuando tu cuerpo esté
totalmente relajado, pon la atención en tu respiración. Al exhalar
el aire de los pulmones, imagínate que expulsas todas las toxinas y
desecho del metabolismo, junto con con cualesquiera pensamientos e
ideas de carácter negativo que aniden en tu mente. Después, cuando
inhales aire de nuevo, visualíate llenándote de energía pura,
curativa, que te revitaliza y renueva.
Disciplina
y práctica.
Una leyenda antigua
nos dice que, cuando Dios Creados dio el regalo de la vida al ser
humano, también le dio con ella un determinado número de
respiraciones. Así que, cuando éstas se terminan, el alma de la
persona debe abandonar el cuerpo donde moraba...
Ante tal limitación
de este recurso esencial, debemos ahorrarlo y, para ello, hemos de
fijarnos en
cómo la respiración rápida, superficial e irregular
está directamente relacionada con las emociones negativas y
compararla, para sustituirla, con la infusión feliz de energía que
produce la respiración natural, ritmica y tranquila.
Durante la semana
próxima, te vas a interesar por salir a la calle, pasear y tomar el
aire fresco; especialmente, a primeras horas de la mañana. Si vives
en una ciudad, acude a un parque municipal o pasa fuera un día
entero, en el campo. Es muy posible que no haya higueras sagradas en
tu vecindad; pero recuerda que todos los árboles sin excepción
proporcionan oxígeno y fuerza vital capaz de renovar la vida. Su
contemplación también alivia la vista, inspira la mente y causa
deleite al alma.
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