1. Establece una hora conveniente y regular para practicar; por ejemplo, a poco de levantarte por la mañana, o cuando vuelves a casa después del trabajo, antes de la cena o antes de acostarte. Descubrirás pronto cuál es el momento que se acomoda mejor a tus circunstancias personlaes, pero atiende este consejo; si escoges ejercitarte antes de acostarte por la noche, haz los ejercicios con más suavidad que si lo hicieras en otro momento del día.
2. Antes de iniciar cualquiera de los ejercicios, lee detenidamente las instrucciones para entrar y salir de la postura, cuándo se inhala y se exahala, a fín de que la práctica sea más duradera. Dónde haya un ejercicio de visualización, puede que te resulte útilgrabar las instrucciones en un casete, cuidando de hacer las pausas apropiadas.
3. Es importante no tener lleno el estómago al iniciar el ejercicio. Una pauta adecuada es abstenerse de comer y beber durante, más o menos, tres horas anteriores al comienzo de la práctica. Sin embargo, siempre que sea necesario, no hay incoveniente en que un vaso de leche o zumo de fruta. al terminar la práctica, deja que pase media hora antes de ingerir alimento.
4. Es recomendable darse un baño caliente antes de la práctica, sobre si el cuerpo está todavía un poco entumecido. Los baños se deben tomar antes de la práctica, por el cambio de temperatura, cuándo se práctica yoga se entra en calor, por lo tanto, si tomamos el baño después de la práctica, contrarrestamos los efectos.
5. Vístete con ropa cómoda o que te esté suelta. Es preciso que tengas una completa libertad de movimientos. Haz tus ejercicios con los pies desnudos. No obstante, puedes hacer a mano un par de calcetines de lana para ponértelos al llegar a la técnica de relajación, pues su calor facilitará la labor.
6. A fin de no tocar directamente el suelo, coloca encima de él una manta o una alfombra limpia y suave debajo de la esterilla de yoga. Cuídate siempre de que sea lo bastante gruesa para proteger la columna vertebral y lo bastante grande para acomodar sobre ella todo tu cuerpo. esa manta o alfombra debe estar reservada a tu uso exlusivo.
7. las habitaciones silenciosas y con escasos muebles, o sin ellos, son las preferidas cuando están bien ventiladas. Si que puedes practicar al aire libre y que las condiciones meteorológicas lo permiten, no pierdas la oportunidad de hacerlo. Es sencillamente maravilloso; en particular, a primeras horas de la mañana.
8. Busca la privacidadcerrando la puerta de la habitación, desconectando el teléfono y asegurándote de que no te van a perturbar parientes ni amigos durante el tiempo que dedicas a practicar yoga. Tu familia pronto se dará cuenta de que te estás renovando, porque notarán en ti más tranquilidad de ánimo, y te concederán gustosamente ese corto tiempo de aislamiento que necesitas, entre veinte y treinta minutos, o 1 hora.
9. Antes de colocarte sobre la esterilla de ejercicios, desecha todos los pensamientos perturbadores recordando que el desasosiego no mejora por sí mismo nada de lo malo que te ocurre en la vida. Debes empezar la sesión con un estado de ánimo positivo.
10. Después de cada sesión de yoga, anota en un cuaderno o en un diario la forma en que ha respondido tu cuerpo y tu mente ante las diferentes posturas o ejercicios respiratorios que acabas de practicar. Añade también cualquier sentimiento particular que pudiera haber surgido en ti.
11. La regla de oro, es efectuar cada ejercicio despacio, sin apresurarse, cuidosamente y con plena conciencia de lo que se está haciendo. Es preciso evitar en todo momento la fuerza y la tensión. La mecánica del cuerpo varía un poco de una persona a otra y hace falta atender esta característica. No hay ninguna clase de competición en las prácticas de yoga, ni con los demás ni contigo mismo.
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